ANA TUDELA - Madrid - 20/12/2008 19:56
Hay un edificio en Barcelona que ya no sabe de quién es. Fue el Teatro Español, luego la mítica sala Studio 54, después el Scénic. Incluso consiguió abrir durante dos noches como el mayor prostíbulo de España. El Ayuntamiento de Barcelona le echó rápidamente el cierre para taponar la alarma social generada en la zona del Paral·lel. Ahora, teóricamente, el edificio es de los barceloneses. No en vano se pagaron once millones de euros de las arcas públicas para su expropiación. Sin embargo, su uso y disfrute hasta 2015 está en manos de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) a quien se le cedió por concurso con el compromiso de que lo convirtiese en un espacio multicultural para revitalizar la zona. Según ha podido comprobar Público por los datos del registro, la gestora de derechos de autor no ha dudado en hipotecar el antiguo Scenic y lograr con ello 4,8 millones de euros concedidos por Caixa Catalunya.
Como la SGAE no tiene teóricamente ánimo de lucro, la hipoteca la solicitó una de sus filiales: Iberautor, que es sociedad limitada. Todo ello pese a que la cesión del edificio se hizo a otra filial sin ánimo de lucro: Fundación Autor. El presidente de SGAE, Teddy Bautista, presentó el proyecto en mayo de 2006 rebautizando el edificio como Paral·lel. Entonces se cifró la inversión para remodelarlo en dos millones de euros.
Ingeniería financiera
Con el préstamo solicitado, los intereses que paga al año Iberautor se han disparado, pasando de 17.502 a 134.822 euros. La máquina de ingresos tiene que funcionar como un reloj para cumplir con los plazos. La SGAE sólo tiene cedido el edificio hasta 2015, año que figura efectivamente como el de vencimiento de la deuda.
Las condiciones pactadas son a interés variable (euríbor más 0,75%). Pero la SGAE contrató un seguro por el que el interés quedaba fijado en el 5,6% hagan lo que hagan los tipos de interés. Cuando acabe 2008, tiene que haber pagado, sin contar intereses, 250.000 euros. A partir de 2009, la amortización pasa a 600.000 euros al año. Desde 2013, se amortizarán los 2,1 millones restantes.
Mientras tanto, por el Paral·lel parece que no ha pasado ni un cepillo. Los políticos que aplaudieron la cesión empiezan a preguntar qué pasa con la reapertura. En la Junta de distrito de Ciutat Vella se reabrieron las dudas en febrero. La última fecha, final de 2008, volverá a no cumplirse.
La SGAE tiene frentes inmobiliarios abiertos que incluyen el Metropolitan de Buenos Aires o el Teatro Campos Elíseos de Bilbao. Todo ello parte de 2003, cuando se decidió iniciar el proyecto Sedes integrales. La SGAE consigue en cesión edificios emblemáticos quitando a los ayuntamientos el sonrojo de dejar que el viento se lleve el patrimonio histórico. Pacta la rehabilitación, a veces con una inversión compartida con los propios ayuntamientos, y pide todas las subvenciones posibles. Ahora, además, los hipoteca.
Pero no sólo de cesiones vive la gestora. Además de su sede más conocida, el palacio de Longoria en Madrid que tiene en propiedad, la SGAE ha levantado un macroedificio en Santiago de Compostela sobre el suelo cedido por el ayuntamiento de la capital gallega y levanta otra sede en La Cartuja de Sevilla.copio y pego