El Honor de la SGAE
La Sociedad General de Autores y Editores apela a su derecho al honor, pero no ha dudado en violar el derecho a la intimidad de otros
Norberto Rodríguez.27 02 2009
España. La Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), no sólo vive de recaudar y administrar impuestos relacionados con los derechos de autor (tanto los que gestiona, como los que no), sino que además procura mantener un férreo control sobre su imagen corporativa. Una imagen muy dañada debido a su incuestionable mal hacer a la hora de recaudar impuestos.
La maquinaria recaudadora de la SGAE no reconoce límites legales, aunque se llene la boca invocando la legalidad para respetar los derechos de autor, la SGAE ha cometido muchas irregularidades en el fomento de su afán recaudatorio. Y ahí se apilan las sentencias, una tras otra, juzgado tras juzgado condenando a la entidad por malas prácticas.
Los ciudadanos entienden que la práctica recurrente o reiterativa de hechos irregulares o fuera de la ley, deberían ser juzgados con mayor dureza. La SGAE acumula ya varias sentencias en su haber contrarias a su gestión, veamos algunos ejemplos:
Un juez considera que el monopolio de la SGAE perjudica a los locales de música
Absuelven a un bar, y la SGAE deberá pagar las costas
La SGAE vuelve a perder otro juicio
Un Juez niega a la SGAE que pueda cobrar por toda la música
Nueva sentencia contra la SGAE
Multan a la SGAE por grabar una boda sin permiso
Como podemos ver, se trata solo de una pincelada, pero basta echar un vistazo para comprobar cómo es la misma entidad de gestión quién atenta contra su buen nombre y pone en evidencia de los juzgados primero, y los medios de comunicación después, su mal hacer en materia de protección de derechos de autor, dejando al descubierto actos irregulares, como la grabación de una boda privada, el monopolio probatorio según ha dictado un juez, y la sabia sentencia en la que le recuerdan a la SGAE que no es propietaria de todo el catálogo musical que existe, por tanto no puede seguir cobrando de forma indiscriminada.
La Sociedad General de Autores y Editores por otra parte, no ha tenido el más mínimo reparo en denunciar a aquellos internautas que en sus blogs han desafiado (no siempre con buenas palabras) la forma de actuar de este organismo. Les han llegado a llamar "cueva de ladones", y hasta en este punto los juzgados han quitado la razón a la SGAE prevaleciendo la libertar de expresión.
La SGAE es un organismo reincidente en malas prácticas, y su derecho al honor no está por encima del resto de los ciudadanos u otras instituciones. Resulta sarcástico que hayan denunciado a tantos ciudadanos tras sentirse injustamente atacados y violados en su honor, y no se sonrojen al menos un poco por violar el derecho a la intimidad de las personas, cuando han grabado sin autorización bodas privadas para demostrar la utilización de "su catálogo musical", o intentar cobrar de forma irregular a locales que emitían música que tampoco pertenecía a su catálogo.
La forma en la cual se aplica el famoso Canon Digital, es más que cuestionable, pero la actuación de la SGAE para recaudar esos impuestos no arroja duda alguna: es una cagada.copio y pego